7 de enero de 2010

EL JARDIN DE LOS CEREZOS

"Habitación llamada en tiempos "cuarto de los niños". Una de sus puertas abre sobre la alcoba de Ania. El sol está próximo a salir. Es ya Mayo, en el jardín florecen los cerezos, pero hace frío. Las ventanas se mantienen aún cerradas"


Cuando hace un par de semanas me planteé en serio la idea de hacer mi propio blog, la primera decisión difícil fue encontrar el nombre adecuado. Como ya os conté en la primera entrada, más o menos sabía qué quería contar aquí, pero.... ¿qué nombre le pegaba cuando en realidad no hay un sólo tema? eso me llevó a pensar que sí hay un hilo conductor de todo este blog: Yo.


Puede parecer un pelín egocéntrico y quizás lo sea, pero es así. Tenía claro que este rincón iba a ser un poco de mí misma, quiero que sea en cierta manera mi reflejo. Supongo que he estado mucho tiempo encerrada en mi interior y he descubierto que hay muchas cosas ahí que deseo mostrar. Eso me llevó a "La Zarina". Le tengo cariño a ese nombre, me recuerda a un amigo que me llama así (ayns, petardo ¿dónde estarás?), pero sobre todo me recuerda a cómo me llamaba mi padre de pequeña. Jugaba con mi nombre y con el de una de las Zarinas más conocidas.


Vale, una cosa estaba decidida, La Zarina iba a tener un papel importante en este proyecto. Volví a lo que os comentaba en el párrafo anterior, el blog iba a ser un poco "yo" (nada que ver con el Pocoyo de los niños :p) y debía ser un sitio donde recibir a mis amigos (lectores), lo que me llevó a lo siguiente: el blog iba a ser como mi casa.

Siempre he sido de la opinión que una casa refleja a sus moradores, es decir, observando la decoración de una casa puedes sacar bastantes conclusiones del carácter de los que la habitan (siempre quitando el problema económico que a veces te impide tener las cosas como uno quiere). Así que pensé en ponerle "el palacio de la zarina", pero... yo no soy nada pomposa, ni rimbombante, ni rebuscada, soy más bien sencilla. Eso me llevó a "la casa de la zarina" y por un día se llamó así. No me terminaba de gustar, lo reconozco. Como dice mi amigo "el petardo" :P, casa y zarina en la misma frase no cuadran, y tiene toda la razón. Así que mi amiga Dark me dio la clave del asunto, aunque ella no se diese cuenta en ese momento. Me sugirió "la casa de campo de la zarina" uff, largo hasta más no poder, peeero.... ¡eureka! La casa de campo típica rusa es una "datcha".

Generalmente son pequeñas cabañas de madera, pero en ocasiones llegan a ser pequeños palacetes y, además, a una Zarina le pega tener una acogedora datcha perdida en un bosque, donde recibir a sus amigos más íntimos, reposar a solas o acompañada junto a una buena chimenea o tenerla para poder disfrutar de un secreto idilio en toda regla (que de todo se necesita en esta vida ;P)

Así que al pensar en una datcha, lo primero que se me vino a la cabeza fue releer "El jardín de los cerezos" de Anton Chéjov, cuya descripción de la primera escena del primer acto corona esta entrada. En esta preciosa obra de teatro, se describe la decadencia de una sociedad que se revolucionaría completamente unos años después. Pero también describe muy bien cómo sería la vida en ese tipo de edificación y el cómo sería pasear bajo los guindos en flor.


Espero que en mi blog, en vuestra datcha, os sintais reconfortados y agusto y que os apetezca venir a pasear conmigo bajo los cerezos o a charlar junto a la chimenea.





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