29 de marzo de 2010

¿OPORTUNIDADES PERDIDAS?

A veces la vida nos pone a prueba o nosotros mismos somos los que lo hacemos.

A veces nos encontramos con algo muy apetitoso delante, un caramelito de colores preciosos que sabemos que nos va a dar un momento de placer intenso. Cuando vemos el confite, antes incluso de paladearlo, ya nos estamos haciendo la boca agua pensando en todo lo que vamos a obtener de él.

A veces ese objeto de deseo es más engañoso, lo ansiamos, lo queremos, sobre todo lo deseamos y no porque tenga colores brillantes, ni nos prometa estar especialmente dulce, quizá por su aspecto pueda resultar duro, árido, incluso amargo y a la vez, justo por eso queremos saborearlo, justo por eso estamos locas por experimentar las sensaciones que nos sugiere, pero a la vez, sabemos que nos va a hacer que queramos más y que nos va a enganchar ese sabor que aunque pueda llegar a ser hasta agrio, nos parece dulce y placentero y que cuando ya hayamos sucumbido al gozo de lamer el exterior, de acercar tímidamente la punta de nuestra lengua a su superficie ya no podremos dejarlo. Uhmmm ¿quién podría resistirse? Aunque sepas la dependencia que va a acarrear, ¿qué importa? Eso es lo que piensas en el momento y más cuando atisbas que no hay sólo una golosina, que detrás de esa primera experiencia puedes encontrarte con una bolsa entera de diferentes tentaciones. Pero entonces, algo te hace ver que no estás siendo racional, que estás dejándote llevar por el ansia de seguir disfrutando ese deleite y por la promesa de gozar y saciar tu sed de experimentar con el dulce. Y dudas. Te plantas delante de esa figurita brillante y sabrosa que te está diciendo: cómeme o escúpeme y dudas. Puede que primero, a pesar de conocer todas las consecuencias que posiblemente te acarreará el atracón, digas: "Lo quiero, lo deseo y me lo como y me como toda la bolsa completa y pago lo que haga falta, porque la experiencia lo merece". Pero luego, enfrías la mente (o no, pero bueno) y dices: "No, sé que cuando empiece a regocijarme en el dulce-agrio sabor, me arrepentiré, porque sabré que estoy comiendo demasiado y me va a sentar mal y tendré que esconderme para llenarme de la dicha que me producirá y entonces, tendré que vivir una doble vida a la que no estoy dispuesta o para la que no estoy preparada y, si llega ese momento, ya no podré saborearlo con la atención que se merece y requiere y no será justo para ese manjar". Pero, nuestra alma inquieta e insatisfecha y llena de dudas, cuando vea que el caramelo se está derritiendo en nuestras manos sin haberlo casi ni rozado con nuestros labios, entonces y sólo entonces dirás: "No, no te derritas, no te desvanezcas, no desaparezcas. Vale, soy débil, quiero entregarme al agradable sabor aunque me sigan torpedeando las dudas, aunque sepa que, a la larga, no podré con toda la bolsa. Aunque sepa que lo voy a hacer por el deseo de probar algo nuevo y llamativo. Por el deseo que me produce este dulce alimento que tengo en mis manos que se me ofrece para degustarlo y para que me entregue a su poder". Y es ahí, cuando tu golosina ha terminado por deshacerse en tu mano, cuando ya ha decidido que el tiempo ha pasado y que en realidad tú no estabas preparada para lo que te ofrecía. Y seguramente tenía razón. Lo más probable es que el caramelo haya visto más de tí que tú misma y haya adivinado que lo tuyo no era esa bolsita de chuches, que mejor te vayas a por una manzana que es más conveniente para tí, aunque sea aburrida y sosa y correcta y convencional. Ese caramelo que te ha hecho ver la posibilidad de tener tantos momentos de placer, también ha visto que no te conviene tanto azúcar, porque en realidad, puede que la cruda realidad sea que tú seas como la manzana: correcta, convencional, casi cursi y sin pretensiones. Y creo que esa cosa lujuriosa y atrayente que tenías en los dedos, tiene razón.

Creo que es mejor que siga con las manzanas, aunque ahora sepa que me gusta "ese" agrio con un punto dulce y que ahora mismo, en este momento, me muera por darle un lametón aunque me vuelva a resultar demasiado ácido.

Mejor sigo con las manzanas.

21 de marzo de 2010

DIFICIL.... PERO HAY QUE INTENTARLO

¡¡Se acabó!!

Me niego a seguir así.

No quiero, no estoy dispuesta a pasar ni un momento más lamiéndome las heridas. Nunca he sido una persona cobarde, siempre me he puesto el mundo por montera y me niego a dejar de ser valiente, arriesgada y echá pa'lante. No me queda otra, no soluciono nada y además, y casi lo más importante, hay gente a mi alrededor que necesita mi energía y que sufre al verme hecha una piltrafilla llorona. Esta semana me han echado en cara no apostar por mis amigos, no congratularme de su amistad y puede que, en cierta manera, haya abusado de ellos, pero no soy de las que dejan a los suyos en la estacada, esos van por delante. Una vez lo hice, amiga, no pude darte lo que necesitabas porque yo no podía dar nada y estaba vacía, pero ahora no es así. Y esa es una excelente razón para no dejarme llevar por la mierda de melancolía que intenta arrastrarme. Estoy ahí, para tí y para otras personas que me necesitan. Todo va a pasar, algo bueno va a llegar, llevas tiempo diciéndomelo y te creo y confío en ello, así que te lo voy a meter a fuego en tu preciosa cabecita y ya sabes lo pesadísima que puedo llegar a ser. Esta semana otros amigos han intentado por todos los medios animarme, hacerme ver que hay salida. Me han llamado gilipuertas, me han dicho insoportable, me han hecho ver que hay más vías, aunque sean provisionales, me han dicho que me expresase, aunque fuese haciéndole fotos a un cubo de basura. Pero sobre todo, sobre todo, han sido mis amigos y han estado ahí, igual que tú. Sé que no puedo hacer mucho por tí, pero sí voy a estar ahí para escucharte, apoyarte y quererte y recordarte lo bueno que tenemos a nuestro alrededor. Es difícil, lo sé, pero hay que intentarlo.

Así que ya que ahora mismo te da pereza hacer la maleta y no tienes muchos ánimos para escuchar más idioteces estilo "happy flower", te traigo pequeñas cosas maravillosas que no tenemos tan lejos. Sé que me dirán cursi o cualquier otra cosa, tú y yo sabemos que no lo soy, pero esto que te pongo es para tí. ¿Sabes? pronto volverá a salir el sol y calentará tu piel, la primera y la segunda, e iremos de nuevo de paseo cargadas con nuestras cámaras o con nuestros lápices a captar cosas hermosas, o feas, lo que nos de la gana (aún tenemos eso pendiente). Tú ayer expresaste todo lo que te invade mejor de lo que yo lo haría jamás en mi vida. Hoy te regalo lo único que se me ocurre para, por lo menos, decirte que estoy a tu lado y que te quiero y que esta vez no voy a fallar.


14 de marzo de 2010

TONTERIAS CINEMATOGRAFICAS I

Esta vez no me voy a alargar mucho en el post, símplemente os voy a poner un pequeño montajillo (muy básico) que he realizado con escenas de la gran "La ventana indiscreta" (otra vez, ya os avisé) de Hitchcock, "Manhattan" de Woody Allen y "Misterioso asesinato en Manhattan" también de Woody.

Bien, cualquiera que haya visto la primera y la última de ellas no necesita que haga más comentarios, son evidentes las similitudes.Y bueno, comparar las películas de Allen unas con otras, sobre todo las de esos tiempos, es un poco tonto, tienen todas muchísimos puntos en común, empezando por la decoración de los apartamentos de los diversos protas interpretados por él y terminando en que básicamente hace siempre el mismo papel.

En este caso sólo quiero poneros unas escenas de cada una de ellas y veréis los dos homenajes que le hace Woody a Alfred. Así que es sólo eso, lo que dice el título del post, una tontería cinematográfica. Amenazo con más y la próxima vez intentaré que sea un pelín más extenso, que he tenido poco tiempo estos días.

7 de marzo de 2010

BRAMASOLE


¿No sentís a veces la necesidad imperiosa de salir de vuestra rutina o falta de ella? ¿de cambiar de aires? ¿de coger el coche y lanzaros a la carretera con la ilusión de descubrir algo nuevo? ¿de subiros a un avión y aterrizar en una ciudad desconocida y ansiosa de ser descubierta por vosotros?

Supongo que sí, creo que es algo que todos sentimos en algún momento de nuestra vida. Y considero que es algo necesario y beneficioso. No el deseo de "irnos", si no la ilusión por preparar un viaje.

Quiero viajar. Me encanta viajar. Echo de menos los nervios previos a la partida, esos gusanitos que recorren la barriga y que la noche anterior al inicio de la aventura, no nos dejan pegar ojo y que hacen que, invariablemente, comencemos la andadura más cansados de la cuenta.

A veces siento tales ganas de coger la maleta y largarme a algún rincón del mundo, que parece que me falta el aire. Supongo que son las ganas de evadirme de la realidad y entonces pienso que aunque huya, la realidad seguirá conmigo vaya donde vaya.

Viajar. Cambiar. Reinventarse. Renovarse. ¿No implican significados similares o semejantes?

¿Por qué esta película? ¿Por qué “Bajo el sol de la Toscana”? No es una gran película, ni siquiera la calificarían algunos como una buena película, pero, como muchas otras, a mí me hacen sentir algo especial, y en este caso, ese “algo” es en parte la identificación con el personaje. No soy Diane Lane (ya me gustaría a mí y a más de uno de mi alrededor :P), pero siento ciertas similitudes con su personaje. Yo también he tenido a mi propia Patti, mucho más dura que la de la película, que me ha empujado (aún lo hace) y casi dado patadas en el culo para lanzarme a cambiar, para hacerme ser de nuevo la persona que fui y que por diversas razones dejé olvidada en el camino. Desde la gran patada, la cual no comprendí y hasta hizo peligrar la amistad, he tenido mi autobús particular lleno de gente disparatada, bulliciosa y amistosa, que me ayudaron a ver las cosas de otra forma, a aprender de nuevo a divertirme, a dejarme llevar, a permitirme entregarme y abrirme y sacar mi lado ingenioso y bullanguero. Y porque no decirlo, a dejar ver mi lado más humano y generoso y aprender a escuchar. Ese lado que he tenido muy escondido y abandonado. ¿No es esto el inicio de un gran viaje?


Tengo ganas de viajar, de coger el coche y perderme. Uno de mis viajes soñados, añorados y espero que algún día, programados, es ese: coger un avión, aterrizar en Florencia, alquilar un coche y……. perderme. Beber vino de la tierra en cualquier pueblito, comprar algo de fruta en algún puesto callejero. Quienes hemos estado ya en esos lugares, sabemos que es así, que realmente existen esos puestos y que la fruta que venden sabe mejor que en otros sitios. Será por la sensación de bienestar, puede ser, pero…. Uhmmm, aún paladeo el sabor de unas moras compradas en Siena, o la textura del Gelato que devoré frente a Santa Maria del Fiore en Florencia. Tengo ganas de pasear, de observar a la gente sentada en un café, de intentar descubrir algún personaje salido de un film de Fellini. En la película todo eso se describe muy bien, por eso os he puesto ese trozo, Frances (la prota) es capaz de plasmar con palabras en una simple postal todas esas sensaciones. Aunque claro, como a ella le ocurre, siempre hay quien no valora o comprende la belleza que se intenta transmitir y se limitan a mirarnos como a bichos raros que perdemos el tiempo sintiendo estupideces. A veces consiguen que nos sintamos así de extraños.

Como Frances, bajé del autobús, aunque me quedé con algunos compañeros de viaje, los más preciados y queridos, los que se molestaron en conocerme y están dispuestos a soportar mis neuras y dejarme ver las suyas. En todo viaje, aunque sea uno que haces sola, necesitas compañeros en la distancia a los que enviar una postal de vez en cuando.


¿Quién no se perdería en esos paisajes? No hablo de comprar una casa y mudarme, sólo en algo momentáneo o pasajero. Aunque para ser sincera, sí he fantaseado alguna vez con la idea de irme y comenzar de cero en otro lugar, en otro país. Reinventarme. Redescubrirme. Supongo que ahora es mi oportunidad para hacerlo. Soy de las que creen en coger las oportunidades al vuelo, en aprovecharlas y no dejarlas ir. En dejarse llevar. Aunque hasta el momento, siempre me traen al mismo sitio. Pero creo que por fín estoy iniciando mi viaje. Estoy dispuesta a encontrar mi “Bramasole”, esa casa, esa oportunidad que me haga iniciar otra vida. A partir de ahí se inicia el duro trabajo de comenzar de nuevo, de renacer de las cenizas, de vencer los miedos y rehacer los planes de vida (si es que alguna vez los hubo). Pero el primer paso, el más complicado, el más difícil y duro, está hecho, ya no hay vuelta atrás. Sólo espero mi señal y estoy convencida de que llegará (y espero que no sea una cagada de paloma ;P).

Mientras tanto sigo añorando ver el sol.